16.11.2021

7 coches míticos de la década de los ‘70

Mercedes Benz clase G de los 70

Los años ‘70 llegaron con la resaca del Verano del Amor y las revueltas estudiantiles de París en 1968 y, en muchos sentidos, fue una década de golpes de realidad en la que los hippies tuvieron que cortarse el pelo. Nada más empezar la década, el mundo se dio cuenta de que el petróleo —hasta entonces considerado inagotable— era, en realidad, un recurso finito.

Aunque hoy, en retrospectiva, hayamos sobrepasado las predicciones de agotamiento de los combustibles fósiles de entonces —de hecho, se pretende hacer la transición a la propulsión 100% eléctrica antes de que se vacíen las reservas—, en el momento se trató de un temor muy real e hizo pensar, por primera vez en la historia, a los conductores en el precio de repostar.

Como consecuencia, en los años ‘70 se coronaron como líderes vehículos que no habrían tenido interés dos décadas anteriores. Los frugales subcompactos, que habían tenido protagonismo en la posguerra europea, ahora se convirtieron en modelos deseados en todo el mundo.

La inyección electrónica fue desarrollada por el Grupo Volkswagen en 1967, y desde ese momento, sería un avance que definiría la industria del automóvil. Aunque es fácil conceptualizar ese periodo como un erial de vehículos poco emocionantes, nada más alejado de la realidad. Aquí te mostramos una selección de 7 coches míticos de  la década de los ‘70.

1. Volkswagen Golf

Es imposible iniciar esta lista sin el icono de iconos. Un coche que se ha mantenido en producción 48 años —y que probablemente dure hasta que desaparezca el consorcio alemán— y, desde su lanzamiento en 1974, se convirtió en un éxito de ventas arrollador, con más de 30 millones de unidades producidas hasta la fecha.

El Golf es la evolución lógica del VW Beetle, un coche pequeño capaz de transportar a cinco personas con su equipaje por un precio contenido. En gran medida, ha sido el modelo responsable de que el Grupo VW sea el segundo mayor fabricante a nivel mundial.

Además, en 1976, los ingenieros jóvenes de Volkswagen acudieron a sus jefes para que les permitieran hacer una versión deportiva, y se enfrentaron inmediatamente a una negativa por parte de la dirección. Era la respuesta sensata, ¿quién querría un coche de altas prestaciones en medio de una crisis de combustible?

Pero fueron tan insistentes que al final accedieron a hacer una edición limitada de 5.000 unidades, con la condición de que no dijera “Sport” en ningún sitio. Así nació el GTI, y, con él, el segmento del hot-hatch —subcompactos de altas prestaciones—, que imitarían sin dudarlo los otros fabricantes. Rápidamente, los ejecutivos se dieron cuenta del éxito y aumentaron su producción a 5.000 unidades al mes.

2. Porsche 911 Turbo (930)

Otro de los iconos con una larga historia de producción que se hizo (aún más) popular al ofrecer una versión de altas prestaciones. Los ingenieros de Porsche introdujeron un turbocompresor a la ecuación ganadora de su deportivo, haciendo más potente su motor que entregaba los 260 (posteriormente 300) caballos a las ruedas traseras.

Mucho más musculoso —contaba con un gran spoiler trasero y guardabarros ensanchados para ser más aerodinámico— que su versión sin esteroides, el 911 Turbo fue conocido en EEUU por el apodo widowmaker (literalmente, “el creador de viudas”), ya que tanta potencia creaba la tendencia a sobrevirar en las curvas y, en manos de conductores inexpertos, de salirse de la carretera.

Hoy, las primeras ediciones del 930, como se conocía internamente, son piezas de coleccionista que pueden alcanzar los 150.000 euros. El de Steve McQueen, mucho más especial, alcanzó los 1,95 millones de dólares en una subasta en 2015.

3. Lamborghini Countach

La primera toma de contacto del público con el sucesor del Miura fue en el Salón de Ginebra de 1971, pero cuando Ferruccio Lamborghini vio por primera vez el prototipo, exclamó ¡Countach!, un piropo piamontés que se convertiría en su nombre.

El Countach sería uno de los modelos de más duración en la gama de los Lambo (16 años), y definiría lo que se podía esperar de la marca. Modelos deportivos con forma de cuña, puertas de apertura vertical y motores V12 salvajes (la primera generación de 3.9 litros, y la segunda de 5.2), montados transversalmente.

Recientemente, y aprovechando el renacimiento de la estética retro, la marca italiana —ahora propiedad del Grupo Volkswagen— lanzó una edición limitada de un renovado Countach de 112 unidades con un precio en torno a los 2,9 millones de euros que, por supuesto, se han vendido todas antes de fabricarse.

4. Mercedes-Benz G-Wagon

No todo en la década de los ‘70 se trataba de coches frugales o deportivos exóticos, sino que también salieron al mercado excelentes todoterrenos que hacían que los Jeep Willys de la posguerra pareciesen juguetes. Junto con el primer Range Rover, el Mercedes Clase G era uno de estos.

Nacido en 1979 como un vehículo militar por el Shah de Irán, se ha convertido en el segundo modelo con mayor longevidad en la gama del constructor alemán, ya que ha permanecido en construcción constante desde entonces —recibió una actualización muy necesaria en 2018—. El primero de ellos se trata del camión Unimog, lanzado al mercado en 1951. En total, se han producido más de 400.000 unidades del Clase G, superando este hito en el año 2020. 

Originalmente robusto y utilitario, no fue hasta 1981 que se introdujeron algunos cambios de calidad de vida, como aire acondicionado, inyección de combustible o transmisión automática. A pesar de su uso policial y militar, también tuvo mucho éxito entre las estrellas de hip hop de los años ‘90 y 2000.

5. Aston Martin Vantage V8

Si la década de los ‘60 significó el nacimiento de los muscle-cars, la de los ‘70 fue su explosión, y casi todos los fabricantes del mundo intentaron replicar la silueta de los modelos estadounidenses. Audi lo hizo con su 100 Coupe en Alemania, y Aston Martin, con su Vantage en Reino Unido.

Es concretamente la segunda generación de 1977 la más reconocible, pues fue el coche de James Bond en 007: Alta Tensión. Aunque la marca inglesa lo considerase como un GT, lo cierto es que se trataba de un verdadero coche de altas prestaciones, con 394 caballos de potencia en un chasis de aluminio ensamblado a mano.

El Vantage V8, que equipaba el motor de la división menos deportiva y más lujosa del constructor, Lagonda, se mantuvo en producción durante 12 años (hasta 1989), periodo en el cual se lanzaron al mercado ediciones descapotables, una hecha en exclusiva para el Carlos, el Príncipe de Gales. Posteriormente, la marca imitó sus especificaciones en el PoW Spec y construyó 26 más, que son las más deseables hoy en día.

6. Toyota Celica

Si Europa estaba ocupada imitando los deportivos de EEUU, Japón no se quedó atrás y lanzó al mercado cuatro modelos imprescindibles para su expansión internacional: Datsun (ahora Nissan) Z; Mazda RX-7 (con un motor rotativo); Honda Civic y Toyota Celica. Aunque sea este último el que nos ocupe, todos los demás merecen ser explorados por sí mismos.

En el caso de Toyota, conocida por ofrecer vehículos sensatos, el Celica supuso una manera de hacerse con el segmento de los compradores jóvenes —el deportivo 2000 GT de los ‘60 no era tan práctico como el Celica—, donde se hizo rápidamente con una reputación de solidez y de buena construcción gracias a su sistema de ensamblaje robótico, entonces todavía incipiente en la industria.

El pequeño muscle-car contaba con un motor tetracilíndrico de 1.9 litros en EEUU, y de 1.6 en Europa. Posteriormente llegaría uno con 2.2 litros que entregaba un máximo de 145 caballos de potencia a las ruedas traseras.

Tal fue su éxito que en 1977 se habían fabricado más de un millón de unidades y se habían creado varios equipos de competición en el mundo occidental. Fue entonces cuando los ejecutivos de la compañía japonesa decidieron lanzar la segunda generación, lo que sorprendió a los analistas, que pensaban que podrían continuar con las ventas sostenidas. Sin embargo, demostraron haber tomado la elección correcta y poco después llegaría el Supra de seis pistones.

7. Pontiac Firebird Trans Am

Es imposible cerrar una lista de coches míticos de los años ‘70 sin hacer una mención a uno de los iconos de EEUU: el Firebird. Hoy, la difunta Pontiac ya no existe —General Motors no encontró una manera de justificar sus pérdidas después de la crisis financiera de 2008—, pero los deportivos con el águila en el capó son inolvidables.

A partir de 1977, el Firebird adquirió el apellido Trans Am, con muchas motorizaciones disponibles, desde los 100 CV hasta los 350, con un enorme V8 de 7.5 litros. En total, la segunda generación del Firebird (la que nos ocupa), vendió más de 1.179.000 unidades en los 11 años que estuvo fabricándose.

Posteriormente, el Trans Am se convertiría en KITT, el Coche Fantástico, haciendo que quedase para siempre grabado en el imaginario colectivo. Desde la desaparición de Pontiac, los Firebird se han convertido en vehículos muy deseados y las ediciones especiales, como las de aniversario, superan los 120.000 dólares.

Encontrar estos coches en heycar te va a ser imposible, pues toda nuestra oferta tiene un límite de ocho años de antigüedad y 150.000 km. Sin embargo, casi todos los que veas anunciados en nuestra página han bebido de las fuentes del diseño y la ingeniería que supusieron los vehículos de la lista y que convirtieron a la década de los ‘50 en uno de los periodos más especiales para los coches clásicos.

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Fuente de la imagen principal: Mercedes-Benz G-Wagon por Sven Storbeck está licenciada bajo CC BY-SA 3.0

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