04.07.2021
Diferencias entre un coche híbrido y PHEV

Los vehículos híbridos e híbridos enchufables (PHEV) son cada vez más populares, ayudados, en parte, por la caída en la demanda del diésel. Sus ventas están aumentando de forma regular y solo se prevé que vayan en aumento en los próximos años.
¿Es el momento de que te unas a la revolución? ¿Qué son exactamente los vehículos híbridos y en qué se diferencian unos de otros? ¿Cómo se recargan y cómo pueden hacerte ahorrar? Aquí tienes las respuestas a esos interrogantes y más.
¿Qué es un vehículo híbrido?
Un híbrido es un automóvil que usa un motor de combustión interna de manera conjunta con uno eléctrico que usa su energía proveniente de una batería. Uno de los primeros —y más conocidos— ejemplos es el Toyota Prius.
La mayor parte de tiempo, el motor eléctrico está en funcionamiento en paralelo con el de gasolina —es muy raro encontrar híbridos diésel por su complejidad mecánica—. Esto les brinda mejores prestaciones al acelerar que les permite reducir el impacto del térmico y ahorrar combustible. Sin embargo, en velocidades bajas pueden usar únicamente el propulsor cero emisiones.
A diferencia de un híbrido enchufable, los convencionales no se pueden conectar a la red eléctrica para recargar su batería. Para conseguirlo, usan los frenos regenerativos y el alternador del motor de combustión.
¿Debería comprarme un híbrido?
El caso más sensato para un híbrido es cuando se conduce a menudo por ciudad. En tráfico pesado, donde es raro superar los 50 km/h y existen muchas situaciones de arranque y parada, su consumo de combustible es muy reducido, y, junto con él, las emisiones, ya que se usa mucho el modo 100% eléctrico. Además, el uso frecuente de los frenos regenerativos harán que la batería esté siempre recargada.
Cuando no tienen santo sentido es cuando la mayor parte de tus trayectos se hacen en tráfico fluido entre los puntos A y B, así como autovías. Estas velocidades hacen que los acumuladores de los híbridos se vacíen rápidamente, volviéndolos menos eficientes. El gasóleo sigue siendo el rey en lo que respecta a este tipo de conducción, pero los híbridos tendrán mejores cifras de consumo que los de gasolina.
¿Qué es un híbrido enchufable y en qué se diferencia de uno convencional?
La diferencia más obvia entre un híbrido y un PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle) —como el Peugeot 3008 PHEV— es que estos últimos se pueden conectar a la red eléctrica para recargar su batería.
Por este motivo, los enchufables suelen contar con acumuladores más grandes que los convencionales, lo que les permite recorrer más distancia únicamente en el modo cero emisiones —con más de 42 km, la DGT otorga la etiqueta Cero—.
En general, se encuentran dos tipos de híbridos enchufables: los que funcionan en paralelo y los denominados de autonomía extendida.
Los primeros de ellos funcionan como uno convencional. Su motor de combustión es el que hace girar las ruedas la mayor parte del tiempo, pero el eléctrico se encarga de hacerlo en los momentos de mayor carga: arranques, velocidades bajas y aceleraciones (en este último punto trabajan de manera conjunta).
Los PHEV de autonomía extendida —como el BMW i3— son diferentes. Son, fundamentalmente, vehículos eléctricos que cuentan con un pequeño motor térmico que se usa como generador para rellenar la batería y no existe una relación mecánica entre este propulsor y los neumáticos. Como consecuencia de esto, el gasto en combustible es mucho menor que en cualquier otro híbrido y su funcionamiento es más económico.
¿Debería comprarme un híbrido enchufable?
Los híbridos enchufables son una opción excelente si tus trayectos habituales son cortos y cuentas con un cargador en cualquiera de los destinos para rellenar la batería. Como su autonomía suele estar en torno a los 50 km —aunque esta está aumentando con cada nuevo modelo—, es posible que puedas ir y volver únicamente con el motor eléctrico.
Dicho esto, los PHEV no son la mejor idea si se suele ir a velocidades altas en autovía, porque sus acumuladores se agotan rápidamente. Cuando eso ocurre, estos vehículos se convierten en un coche normal con un motor modesto y una batería pesada con la que cargar.
En estos casos, es mejor optar por el diésel, aunque incluso un gasolina podría ser más económico que un enchufable en trayectos largos.
Si estás buscando un PHEV, muchos de los fabricantes que operan en Heycar ya cuentan con este tipo de modelos en sus gamas, y no te costará encontrar uno que se ajuste a tus necesidades.
¿Cómo puedo cargar mi PHEV?
Existen tres maneras de recargar una batería de un vehículo eléctrico: un enchufe convencional, un wallbox (los domésticos tienen la potencia limitada a 7,2 kWh) o un cargador público.
La primera de las tres es la más sencilla, pues es probable que tu garaje ya cuente con un enchufe para acceder a la red. Sin embargo, también se trata de la más lenta, y el tiempo de recarga, de cero al 100% puede alcanzar fácilmente las siete horas.
Un wallbox trifásico hace que tenga mucho más sentido tener un híbrido. Su coste ronda los 1.000 euros, pero los fabricantes han llegado a acuerdos con las empresas energéticas que reducen su precio e instalación, en algunos casos incluyéndolo en el importe que costó el vehículo. Usar uno de estos reduce el tiempo de carga a un par de horas.
¿Se puede conducir un híbrido por los centros urbanos?
No solo se puede conducir híbridos por el centro de las ciudades, sino que está encarecidamente recomendado. En el caso de Madrid, con su plan 360, todos los vehículos Cero podrán acceder a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) las 24h del día y aparcar sin necesidad de pagar el parquímetro. En el caso de los que tengan la etiqueta Eco, su estacionamiento estará limitado a las dos horas.
En Barcelona, a partir de 2020 se instauró la ZBE, que incluye las zonas de Barcelona Ciudad, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Adrià del Besòs y parte de Esplugues de Llobregat y Cornellà de Llobregat. Es decir, la zona está delimitada por las rondas de la ciudad y los híbridos no tienen ninguna penalización por entrar en ella.
¿Cuánto cuesta recargar un híbrido?
El coste de la electricidad suele asociarse a la medida de kilovatio hora (kWh). Tras el reciente cambio en su precio en España, dependerá en gran medida del distribuidor energético y de la franja horaria en la que se recargue. Las tres franjas, activas en días laborales, son las horas punta —las más caras, de 10h a 14h y de 18h a 22h—; las horas llano —intermedias, de 8h a 10h; de 14h a 18h; y de 22h a 00h—; y las horas valle, las más baratas, de 00h a 8h. Los fines de semana se aplica la tarifa más baja.
Por poner un ejemplo de uno de los principales distribuidores en España, Endesa cuenta con un precio valle de 7,4 céntimos por kWh; uno llano de 12,6 céntimos y uno punta de 25,2 céntimos.
Usemos este plan como punto de partida, tomando en cuenta a un Peugeot 508 Hybrid, que equipa una batería de 11,8 kWh y esta se recarga en 4 horas en un enchufe convencional de 3,7 kW. Sus precios para recargar la batería al 100% se ubicarían en una horquilla entre los 3 euros (punta); 1,5 euros (llano) y 90 céntimos (valle). Su autonomía eléctrica de 54 km supone que cada kilómetro recorrido en modo cero emisiones tiene un coste de seis céntimos, si esta se recargó usando la tarifa más elevada.
¿Es mejor un híbrido o un eléctrico?
Como en casi todos los ámbitos de la vida: depende. En este caso, la variable fundamental será el tipo de conducción que vayas a realizar. Los eléctricos puros son una gran opción si la conducción será principalmente urbana, ya que su autonomía hace que se tenga que recargar obligatoriamente en los viajes largos —eso sí, cada vez existen más puntos ultrarrápidos en las principales vías españolas—. Los híbridos enchufables cuentan con lo mejor de los dos mundos, con consumos reducidos en ciudad y la capacidad de realizar largos trayectos de un vehículo de combustión.
¿Qué es mejor, un híbrido o un PHEV?
Igual que en la respuesta anterior, depende del tipo de conducción y de la distancia de tus trayectos. Un híbrido convencional tiene mucho sentido si se busca un coche urbano eficiente y económico, su capacidad de aunar combustión y electricidad hacen que sean mucho más contenidos sus consumos.
Si cuentas con un punto de recarga para un híbrido enchufable, su capacidad de recorrer distancias cortas en un modo cero emisiones puede ahorrarte una fortuna en combustible. Su mayor precio de partida se contrarresta por esta parte y el punto de equilibrio se alcanza a medida que avanza el tiempo en propiedad, entrando en juego el concepto de Coste Total de Propiedad (TCO, por sus siglas en inglés). Los vehículos enchufables cuentan con baterías más grandes que los híbridos convencionales, que suelen estar garantizadas por periodos extendidos de tiempo (a menudo ocho años) y la cantidad de gasolina ahorrada en ese tiempo no es desdeñable.