15.08.2021
Cambio manual o automático, ¿cuál es mejor para ti?

Existió un tiempo en el que, si querías un coche automático, simplemente no estaba disponible. Este tipo de transmisiones eran prácticamente exclusivas para los compradores de vehículos de lujo. Por lo tanto, los dueños de coches con motores más pequeños tenían que aprender a cambiar las marchas ellos mismos.
Esto ya no es así —en España uno puede aprobar el carné de conducir en una modalidad automática—, y los clientes tienen a su alcance todo el abanico de cambios, desde los tradicionales, hasta modelos híbridos de doble embrague. Por ello, aquí presentamos las mayores diferencias entre estas diferentes cajas de cambio.
¿Manual o automático?
La principal diferencia entre estas transmisiones es, con el riesgo de sonar evidente, es que con un coche manual el conductor elige cuando cambiar de marcha, mientras que en los automáticos es el propio vehículo el que se encarga.
Esto supone, en primer lugar, que los modelos automáticos no cuentan con el pedal del embrague, que separa la acción del motor de las ruedas y solo tienen acelerador y freno. Para elegir el modo de conducción, el conductor selecciona con una palanca entre P (aparcar), R (reversa), N (neutral) y D (conducir).
Los coches manuales suelen tener un máximo de seis marchas, que se vuelven más eficientes en su consumo a medida que ascienden —el motor hace un mayor esfuerzo al mover engranajes más grandes, que son los que afectan a las primeras relaciones—, con cada una de ellas siendo capaz de alcanzar una velocidad máxima determinada. En el caso de los automáticos, estos pueden tener hasta nueve, que van cambiando en función de la velocidad y las condiciones de conducción.
Hasta hace relativamente poco, los cambios automáticos eran menos eficientes que los manuales, tardaban más tiempo en cambiar de marcha —y, por lo tanto, perdían velocidad— y presentaban consumos más elevados. Esto, hoy en día, es lo opuesto de lo que ocurre, y los ordenadores de a bordo son capaces de cambios más rápidos que los humanos y de un ahorro de combustible mayor.
Además, los fabricantes se dieron cuenta de que los conductores seguían prefiriendo tener cierto control sobre las marchas, y la mayor parte de los automáticos cuenta con la posibilidad de elegir qué relación usar, ya sea a través de levas situadas tras el volante o a través del propio selector de modo de conducción. Esta complejidad añadida de los automáticos hace que, a menudo, sean una opción más cara que los manuales.
Sin embargo, otra tendencia relativamente reciente es que cada vez menos clientes se decantan por una opción manual —pues los automáticos presentan más comodidad—, hasta tal punto que algunas marcas deportivas, en las que el cambio manual es visto como esencial, como Porsche, están planteando dejar de producir motores con palanca de cambios.
¿Cómo funciona un coche automático?
Esto depende, en gran medida, del tipo de transmisión del que se trate, pues no todos los automáticos son creados iguales. Existen opciones excelentes y otras no tan buenas. La clave para cualquier cambio automático es que la transición entre marchas sea fluida y rápida cuando el conductor lo necesite. Para lograrlo existen diferentes métodos.
Cambio automático tradicional
La transmisión automática clásica fue inventada en EE.UU. y aplicada, de serie, en uno de los modelos de de ese país, el Ford Model T. Llamado “convertidor de par” por los expertos de automoción, usa un fluido para transmitir la fuerza del motor a la caja de cambios y un engranaje planetario en el que van rotando las diferentes marchas dependiendo de la velocidad.
Su mayor problema era la lentitud entre los cambios, pero esto, gracias a la ingeniería informática, se ha superado y muchas marcas, como BMW, Land Rover o Jaguar, se decantan por este modelo.
Cambio semiautomático
También conocidos como “manuales robóticos”, “manuales sin embrague” o “manuales automáticos”, se trata de una caja de cambios manual en el que no existe un pedal de embrague y es el vehículo el encargado de elegir el momento de subir o bajar marcha.
Es una de las formas más baratas de hacer un cambio automático, ya que la tecnología es liviana y fácil de producir. Por ello, los coches más asequibles suelen equipar este tipo de cambios cuando tienen la opción automática. Su mayor inconveniente es que las transiciones entre relaciones pueden sentirse forzadas, especialmente a bajas velocidades en ciudad.
Cambio de doble embrague
A menudo conocido por el nombre comercial del Grupo Volkswagen —DSG (Transmisión de Cambio Directo, por sus siglas en inglés), ya que este consorcio fue el primero en ofrecerlo—, un cambio de doble embrague es, de hecho, más fácil de conceptualizar como dos transmisiones en una.
La idea básica es que es más rápido cambiar entre transmisiones del motor, que hacerlo entre los engranajes de cada marcha. Por ello, se usan dos embragues, uno dedicado a las marchas pares y otro a las impares.
Así, cuando estás en primera, segunda está preparada para conectarse inmediatamente, y así sucesivamente, evitando los problemas de fluidez y rapidez. El Grupo VW trajo al mercado esta idea de sus vehículos de competición y, aunque antes era más lento, sus cambios automáticos son considerados los mejores de la industria.
Cambio CVT
Un CVT se trata de una Transmisión Variable Continuamente, y en realidad no se trata de una caja de cambios para nada. La forma más sencilla de imaginarlo es con una goma elástica entre dos poleas, cuya resistencia varía constantemente en función de la velocidad del vehículo, el esfuerzo del motor o la aceleración.
Es el cambio que emplean las motos automáticas, como los scooter, y presenta grandes beneficios desde un punto de vista de ingeniería. Por ejemplo, el motor siempre se encuentra en el punto correcto para una situación determinada. Además, son sencillas de producir, baratas y fáciles de mantener.
Sin embargo, a la mayor parte de los conductores no les agrada la sensación de tener este tipo de cambio, pues es equiparable a tener solo una marcha y, bajo aceleración fuerte, el motor ruge pero no se avanza del modo en el que se le solicita, pues las poleas tienen que alcanzar la posición correcta.
¿Qué es mejor, manual o automático?
La respuesta a esta cuestión depende, en gran medida, del tipo de coche, de su transmisión y del recorrido que vayas a hacer con el vehículo. Si pasas mucho tiempo en atascos, o cambiar de marchas te da pereza, un buen automático es tu mejor apuesta.
Casi todos los modelos cuentan con una opción manual, si prefieres encargarte tú de los cambios y notar más el control de la conducción. Por otra parte, el control electrónico de los automáticos hoy en día es tan avanzado que es difícil encontrarte en la marcha equivocada.
Si estás buscando un coche pequeño, normalmente tendrás la elección entre un CVT o un semiautomático. En estos casos, recomendamos que te decantes por la opción manual.
Elegir el tipo de transmisión tiene que ver mucho con tu estilo de conducción. Si disfrutas de la actividad y quieres sentirte más implicado en ella, un cambio manual mejora mucho la experiencia. Los cambios CVT o semiautomáticos pueden ser frustrantes a veces.
También, las facturas de mantenimiento son un factor a considerar, pues los automáticos son más complejos, con más partes y electrónica que pueden fallar. Cuando esto ocurre, a menudo es de imprevisto y pueden ser caros de reparar. Esto no significa que un manual no necesite pasar por el taller, pero en general se debe a la antigüedad del vehículo y a un uso indebido.
Ventajas de las divisiones oficiales
Además de las fortalezas que presenta el entorno digital, los vendedores profesionales como heycar contamos con cualidades que no se encuentran en vendedores particulares. Algunos ejemplos de ello son las garantías extendidas que se pueden aplicar a los modelos, que han sido revisados exhaustivamente por las propias divisiones de VO, como Das Welt Auto, Audi Selection:plus, Mercedes Certified o Kia Okasion.
Estas marcas cuentan asimismo con servicios de asistencia en carretera 24h en toda Europa, brindando otro prisma de tranquilidad a los viajes largos, que, sumados a los contratos de mantenimiento incluido —en los que las reparaciones del vehículo están ya cubiertas por la cuota mensual—, acudir a un vendedor profesional es cada vez más atractivo.
Es por esto que la cuota de mercado de las empresas de compraventa ha ido creciendo en la última década, hasta alcanzar un 45% —los particulares representan el 55% restante—. La oferta de heycar cuenta con todas las ventajas de un marketplace en internet junto con las garantías de un concesionario. Ya que estás aquí, echa un vistazo y no dudes en ponerte en contacto con nuestros asesores profesionales para que te ayuden a encontrar el próximo coche de tu vida.