31.01.2023
Cómo conducir tu coche cuando nieva: 6 consejos que te serán muy útiles

En España, no es muy común ver un paisaje nevado. De hecho, en algunas zonas de la península, como Andalucía o Madrid, es un fenómeno realmente difícil de ver, que a veces incluso se queda como una anécdota histórica.
Es por eso que quizá te falte información a la hora de conducir tu coche cuando nieva. Las condiciones son peores, las carreteras pueden ser resbaladizas y, como es lógico, hay que extremar las precauciones.
A continuación, te damos estos 6 útiles consejos para que sepas cómo conducir tu coche cuando nieva y evitar los accidentes. ¡Toma nota!
1.- Presta mucha atención a la carretera
Ir siempre pendiente de la carretera te dará mucha información sobre como actuar. Tal vez la zona nada más salir de tu casa esté bien, pero aparezca un tramo de mayor riesgo.
En caso de duda, puedes parar el coche y bajarte a inspeccionar la superficie, lo cual es una buena idea, pero siempre siendo consciente de lo que miras. Las zonas brillantes suelen indicar hielo o agua, lo cual es sinónimo de peligro.
Las zonas oscuras son engañosas porque el pavimento seco delante de ellas puede hacerte sentir más seguro de lo que realmente estás. Además, el barro es significativamente peor que la nieve seca. En realidad, la nieve seca proporciona una tracción bastante decente (imagina el crujido bajo tus botas), mientras que la aguanieve hace que los neumáticos se eleven sobre ella y se comporta como el agua profunda.
2.- Conduce con suavidad y mira siempre hacia delante
Tener cuidado con el volante, el acelerador y los frenos es uno de los secretos de la conducción segura en invierno. La explicación es sencilla: los neumáticos que experimentan cambios bruscos pierden más fácilmente la tracción en superficies resbaladizas, por lo que cada giro del volante, cada accionamiento del freno y cada movimiento del acelerador deben ser cuidadosos, constantes y lentos.
Además, debes mirar con más precisión y pensar mucho más cuando la carretera se vuelve resbaladiza. El objetivo es poder predecir tu próximo movimiento con antelación. Para lograrlo, conduce más despacio en las curvas y prevé distancias de frenado más largas en condiciones de lluvia, nieve y hielo. Ten siempre presente que una conducción cuidadosa y segura exige una concentración extra.
3.- Presta atención a las señales de tu coche
En una carretera nevada, ¿cómo de buena es realmente tu tracción? Saber lo que representa una pequeña luz ámbar en el cuadro de instrumentos puede ayudarte a descubrirlo antes de ponerte en peligro.
El sistema de control de estabilidad sirve para alertarte de que las ruedas motrices están patinando si aceleras en línea recta y empieza a parpadear una luz de manera intermitente. Para ayudar a los neumáticos a recuperar su adherencia, préstale atención y suelta gradualmente el pedal del acelerador.
Cuando realices giros cerrados en carreteras nevadas o cubiertas de nieve, procura no acelerar rápidamente. Para evitar brusquedades, pisa siempre el acelerador de manera gradual.
4.- Hacer frente a los derrapes
En algún momento te encontrarás con una zona resbaladiza y experimentarás esa famosa ansiedad de cuando tu coche empieza a deslizarse en dirección contraria a la que pretendes. Por suerte para ti, incluso los grandes derrapes pueden controlarse, y si lo haces bien recuperarás rápidamente el control del vehículo.
Ante todo, no te dejes llevar por el pánico ni pises a fondo los frenos. En su lugar, haz lo siguiente:
Suelta el acelerador si experimentas un derrape de las ruedas delanteras (cuando los neumáticos delanteros pierden tracción y el automóvil gira en un arco más amplio de lo previsto). Los neumáticos delanteros deberían recuperar la tracción en un par de segundos. A continuación, cuando recuperes el impulso, apunta en la dirección a la que quieres ir.
En caso de que las ruedas traseras empiecen a patinar, gira rápidamente el volante de la misma manera. Gira el volante hacia la izquierda, por ejemplo, si la parte trasera del vehículo se desliza hacia la izquierda. Sin pisar el freno, suelta el acelerador. Vuelve a girar en la dirección original una vez que las ruedas traseras hayan ganado tracción.
5.- Utiliza bien tus frenos antibloqueo
Utiliza el sistema antibloqueo de frenos (ABS) de tu vehículo si todo lo demás falla y necesitas detenerte lo más rápidamente posible sobre nieve o hielo. Los frenos antibloqueo, que utilizan un ordenador de a bordo para optimizar el frenado del coche en circunstancias difíciles, son ahora estándar en todos los vehículos nuevos en circulación.
Si tu coche tiene ABS, pisa a fondo el pedal del freno y mantenlo ahí en caso de que experimentes un derrape irrecuperable o necesites evitar un obstáculo. El sistema se encargará del resto, asegurándose de que cada rueda frene con toda la fuerza que pueda dada la tracción que tiene.
Con los sistemas ABS, puedes evitar obstáculos manteniendo el pedal de freno completamente pisado, ya que el ordenador cambiará la presión de frenado en cada rueda para permitirte maniobrar mientras reduces la velocidad. Por lo tanto, en caso de emergencia, no te limites a pisar el freno y seguir circulando.
Sin duda, los frenos antibloqueo han evitado numerosos accidentes, pero ningún dispositivo de seguridad puede asegurarte que no tendrás ninguno. No tires de los frenos cuando sientas una vibración; ya que esta es completamente normal. La mayoría de los sistemas ABS sacuden el pedal del freno cuando se activan para hacerte saber que están en funcionamiento.
6.- Usa neumáticos de invierno
Técnicamente, éste es un consejo de supervivencia más que de conducción. Y la razón es que montar un juego de cuatro neumáticos de invierno es en realidad lo mejor que puedes hacer para aumentar tu margen de seguridad y reducir tu nivel de peligro en esas terribles carreteras cubiertas de nieve.
Ni siquiera el mejor par de neumáticos para todas las estaciones puede compararse con la tracción que unos neumáticos de invierno adecuados pueden ofrecer en nieve, aguanieve y hielo.
Con estos 6 consejos, estamos seguros de que te sentirás mucho más preparado para afrontar un día de conducción sobre nieve. En cualquier caso, si puedes evitarlo, lo mejor es que no cojas el coche. Úsalo solo como última opción y ten mucho cuidado.
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